Sentados en el bordillo, mi pareja y yo mirabamos pasar los corredores.
Hacía tres horas que se había dado la salida a la Maratón de Navidad y aún no había pasado mi cuñado Toni.
En un momento en que no pasaba nadie, ni corredores, ni guardias, ni asistentes, sale de un parking una moto y viene directamente hacia nosotros. Había otros espectadores cerca, pero me eligió a mí. Se para a un metro y el tío, de unos cuarenta años me dice:
-Estás en la calzada, súbete a la acera.
-Tienes toda la calle para pasar.
-Te puedo atropellar.
-...
Maniobra, coge unos metros de distancia, me encara y arranca.
Frena a medio metro de mí, me mira con desprecio y hace:
-Bah!
-...
Decide marcharse, y yéndose, a unos metros vuelve la cabeza y grita:
-Inútil!
-...
Poco después pasó Toni, corriendo fácil, llevaba cuarenta kilómetros en el cuerpo sin perder la fluidez. Hizo 3h15', es un crack.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Alguna vez me he topado con uno de estos seres superiores que están por encima del bien y del mal. Ante tanta prepotencia me siento impotente.
En esta sociedad cada dia se confunde mas la libertad con el libertinaje. Que tenga la libertad de poder conducir su moto no quiere decir que pueda llevarse por delante lo que encuentre por el camino. Respeto es lo que hace falta y se esta perdiendo por kilos....que pena.
ke bueno!!
y ke lindo contraste.
cada uno hace lo ke puede y eso es lo ke más me llama la atención.
Ahhh! estoy de acuerdo, tu cuñao es un crak
Publicar un comentario