viernes, 19 de diciembre de 2008

CERO NUDOS

Siempre había querido hacer windsurf.
A medias con un amigo compramos una tabla de segunda mano. No teníamos ni idea, pero unas ganas enormes.

Yo empecé mis vacaciones una semana antes que él y pasé muchas horas practicando. Cada avance me sabía a gloria y encendía más mi interés.

En cuanto mi amigo llegó lo llevé a la playa, estaba loco por enseñarle lo excitante que era.
Pero no fué como yo esperaba. No paraba de caerme y no podía hacer avanzar la tabla. Estaba desconcertado, no comprendía por qué no funcionaba.
Tardé una media hora en darme cuenta de que no había viento, ni siquiera una ligera brisa, nada.

Luego tuvimos muchos días de viento. La pasión me gusta mucho, aunque me suba la miopía.

1 comentario:

TucuMala dijo...

lo esencial es invisible a los ojos.

tucuMALA