No es una metáfora.
La noche del 13 al 14 de noviembre hubo luna llena.
A eso de las dos, tenía una especie de anillo completo que la rodeaba pero a bastante distancia, como a quince diámetros de la propia luna.
Nunca había visto eso.
Cuando los ojos se acostumbraron a la oscuridad me dí cuenta de que el anillo tenía colores. Era un arcoiris.
Me gustó mucho.
Era hermoso en sí mismo y además tenía el añadido de ser una primera vez.
Y gratis.
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