sábado, 7 de marzo de 2009

TRES ENCUENTROS

Normalmente le doy largas a la tristeza, no es una visita agradable y si no insiste no le abro.

Cuando la conocí por primera vez me cogió en pañales y me quedé hecho polvo. No usó simbolismos, fué muy cruda y tajante. Se acabó la teta. Supongo que a partir de ahí ya no quise verla ni en pintura.

Nuestro segundo encuentro fué de adolescente. Me pilló distraído y me entró por el pecho, como un alien. Mis padres habían salido y me quedé sólo en casa. Casi sin darme cuenta me puse a llorar a moco tendido, sin consuelo. Entre lágrimas me pasó mi película:
Hay fiesta y me acerco. Las parejas bailan y sé que eso es la felicidad. Pero me quedo al margen, no me veo con posibilidades.
Yo ya era un hombrecito y aguanté el tirón, son cosas que pasan, me dije, olvídalo.

Años después volvió a visitarme. Mi pareja y yo hablando en la cama. Le digo que llevo unos días algo bajo, sin acabar de saber porqué. Noté cómo acudía para darme el llanto, aquél mismo llanto. Me sentí muy sólo, una soledad de siempre, antes y más allá de mi mujer, que me abrazaba.
Y ví que mi mejor opción era hacerme cargo de ese vacío.

Me ha ido bien. Voy confiando, atreviéndome y participando cada vez más de la fiesta. En cuanto a la tristeza, nos vamos poniendo de acuerdo. Ella no viene si no es imprescindible, y cuando viene yo la tomo en serio.

7 comentarios:

Andrea dijo...

Sabes? De pequeña me pasó algo similar. Y creo que ahora, solo ahora, estoy viviendo como lo necesitaba, sintiendome bien conmigo misma, participando de la fiesta, atreviéndome. Nuestras inseguridades hacen estragos en nosotros, y nos llevan a la tristeza creo. Por eso decidí vivir como puedo, haciendo y diciendo lo que quiero sin arrepentirme de nada. Y me gusta asi. Cuando llegue la tristeza, que llega sin aviso, lo se, solo pasa de ella, es un estado de ánimo, solo si realmente persiste, (y como tu has dicho en mi blog) saquemos la brújula, un beso.

gemmacan dijo...

Es que no nos enseñan a asumirla y digerirla; nos empujan a evitarla, a alejarla, y también es un sentimiento que hay que conocer, que hay que vivir, aunque sólo sea para valorar, en otro momento, la felicidad.

un saludo!

Pecosa dijo...

Ése es el tema: hay que educarla, hacerle ver que no puede venir a casa a la primera de cambio. Eso sí, si ya sabiendo esto se nos presenta con el saco de dormir es cuando hay que pararse a pensar.

MissMoon dijo...

Con el tiempo la tristeza también se va haciendo nuestra amiga verdadera, porque viene en momentos necesarios y se va cuando no lo necesita...Saludos!

Camaleona dijo...

Me parece que has tomado la mejor opción... cuando no puedes luchar contra algo, mejor aprende a convivir con ello...

francisco dijo...

Muchas gracias, amigas.
Inga Luv, bienvenida.

gla. dijo...

La tristez tambien me visita con mucha frecuencia...aunque hace un tiempo se olvido un poco de mi...