La habitación quedó destrozada.
Sobre las estanterías no quedaba más que una foto enmarcada, caída boca abajo, todo lo demás estaba en el suelo.
Una silla reducida a astillas, con la que había golpeado mesa, puertas, lámparas.
Y él destrozado también, llorando en el suelo, tapándose la cara con las manos magulladas que aun tenían enredados algunos restos de su propio cabello.
Él, que siempre se ha tenido por débil.
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7 comentarios:
¿Y no sigue siendo terriblemente débil por desatar la ira a base de fuerza bruta?
PLIÑ!
¿Qué es lo que le hace fuerte? ¿haberse liado a mamporrazo limpio contra todo trasto inmóvil de su habitación?
A eso se le llama ataque de histeria...ni fuerte ni débil, simplemente histérico...
Una descarga irracional? Todo dependerá de las causas. Un beso..
Hay una parte de mí que quiere saber a que se debe tanta ira. La otra no quiere: debe ser mucha para actuar así...
Ojito con los que se consideran (o consideramos) débiles: casi siempre tienen alguna sorpresa guardada.
Gracias por todos los comentarios.
Inga, guardo bien guardado mi primer PLIÑ, sea lo que sea.
Jajaja!
Te cuento (por si te interesa).
Hace como tres años que abrí mi primer blog; uno de los asiduos impresentables que lo visitaban era Lúzbel Guerrero (quien como tal ya no existe) y se inventó lo del PLIÑ cuando inauguraba comentarios. Después se instauró la moda de marcarse un PLIÑ cada diez comentarios (10, 20, 30...) y los que por allí pasaban se daban de tortas por hacerlo.
Como ves una chorrada como otra cualquiera que entre muchos, se hizo marca de la casa.
Pues eso, que ya tienes en tu blog un PLIÑ como Dios manda.
Besos y buen fin de semana!
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